En mi tierra, un “huelemoles” es un entrometido, un chismoso. Aquel desconocido al que nadie invitó pero que sale en todas las fotos de la boda. En España también hay un adjetivo para el “huelemoles”: “metomentodo”; supongo que en el resto de países del mundo esta figura también tiene su nombre propio.
Un “huelemoles” es un “opinador”, un “todólogo”, un pesado, un cansino, e incluso, a veces, un siniestro…
Bienvenidos a mi almacén de impresiones, curiosidades, desahogos, gritos y lamentos. Husmearé un poco por los rincones de las cosas, a ver qué saco, a ver qué aprendo.
(Fotografía, Iván Jerez)
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