—Cuando la gente vino a América nos trajeron con ellos. Me trajeron a mí y a Thor, a Anansi y al Dios León, a los leprechauns, a los Cluracans y a las Banshees, A Kureba y a la Madre Nieve, y a Ashtaroth, y también a vosotros. Llegamos aquí en su pensamiento y echamos raíces. Viajamos con los colonos a las nuevas tierras más allá del océano…
—Ahora, como todos vosotros habréis podido comprobar ya, están apareciendo nuevos dioses en América, que se aferran a nuevas formas de fe…
Saben de nuestra existencia, y nos temen, y también nos odian… Nos destruirán si pueden. Ha llegado el momento de aunar nuestras fuerzas.
Ha llegado el momento de actuar.
Que sean estos párrafos de American Gods los que te inviten a comerte sus páginas. Si aún no lo tienes tan claro, te diré que esta novela ganó los premios Hugo, Nébula, Lokus y Bram Stoker. Y sí, es otra de esas emocionantes historias que han dado el salto a las series, gracias a la cadena Starz (aquí te dejo el enlace para que cheques el trailer). Pero bueno, estamos por y para la historia en papel, así que acompáñame…
Nunca sé por dónde empezar cuando leo una obra de la que hay tanto que contar. Comenzaré por hablarte de la edición que tengo: es la edición de bolsillo del X aniversario (2011), con la introducción del autor y, como dice el propio Gaiman: «unas doce mil palabras más larga que la que se llevó todos los galardones, y es la versión de la que me siento más orgulloso». Roca (la casa editorial de la edición en castellano), ha aprovechado el estreno de la serie y preparó una sobrecubierta muy chula. Vale mucho la pena, lo vale porque puedes conocer un poco más sobre las fuentes de inspiración, los motivos y el proceso creativo que dieron lugar a una de las historias mejor valoradas de los últimos años. Las anécdotas y reflexiones del autor, no tienen desperdicio.
Creo no equivocarme si afirmo que ya conoces a Neil Gaiman (Reino Unido, 1960). Bueno, no a él precisamente, pero sí algunas de sus obras. Puede ser que seas de los que afirme rotundamente que sí, que lo conoce, o que cree conocerlo. Si crees que no; ya verás que sí.
Los fanáticos del los cómics saben que es el padre de The Sandman (Vertigo Comics), que su pluma fue la encargada de dar vida al guión de Batman: ¿Qué le sucedió al cruzado de la capa? (DC Comics), y a un montón de novelas gráficas y cómics.
En el mundo de las novelas, las más conocidas —a demás de American Gods— son: Stardust (Roca Editorial), Coraline (Salamandra), Los Hijos de Anansi (Roca Editorial) y Buenos Presagios (Timunmas), en colaboración con el grandísimo Terry Pratchett. Las dos primeras fueron adaptadas al cine. A Stardust (Dir. Matthew Vaughn, 2007) creo que no le fue muy bien, pero Coraline (Dir. Henry Selick, 2009) sí que tuvo mucho éxito.
Los hijos de Anansi guarda relación directa con American Gods, en otras palabras: forma parte del mismo universo. Así que si después de esta novela, sigues con ganas de más, ya tienes una opción. Yo prometo una reseña más adelante.
LA HISTORIA
—Piensa que somos símbolos; somos el sueño que la humanidad creo para encontrarles un sentido a las sombras en las paredes de la caverna…
¿Recuerdan aquel maravilloso cuento de Oscar Wilde, titulado El fantasma de Canterville? Esa lucha entre unos americanos ‘enteradillos’, ’modernos’, ‘sabelotodos’, y un pobre fantasma inglés, caído en desgracia, incapaz de provocar un buen susto. Esa lucha de dos mundos, de dos visiones de la vida, de dos tiempos, de dos… me recuerda enormemente al argumento de American Gods. Aquí son los dioses viejos los que han caído en desgracia, en el olvido. Sobreviviendo entre los descendientes de sus antiguos devotos, adaptándose. Del otro lado, los nuevos y modernos dioses; creciendo, comiéndose el mundo. Ambos, viejos y modernos, conviven en una especie de guerra fría permanente.
Sombra, el protagonista, es un ex convicto sin nada que perder. Inteligente, con una enorme necesidad de encontrar su sitio tras un pasado errante, una viudez reciente y unos años de condena en prisión… ¡ah! y también le gusta mucho, muchísimo, hacer trucos de magia con monedas.
Un buen día —o no tan bueno— conoce al señor Wednesday, su nuevo jefe, y a partir de ese momento su vida se convierte en un alucine. Sueños, premoniciones, carreteras secundarias que parecen llevarnos por otras dimensiones, personajes increíbles como el propio Wednesday o el sabio Nancy, y una guerra entre dioses que está a punto de estallar. Sombra vive entre la realidad y el delirio, y ésta es la historia de Sombra, de su viaje por el corazón espiritual de la tierra de las múltiples identidades, y también, y más allá de todo, es la historia de las ganas de un escritor inglés, las ganas de escribir «todas las cosas que me fascinan y obsesionan de Estados Unidos».
Estados Unidos es un territorio cultural que se nos escapa a prácticamente todo el mundo, sobre todo a los que no vivimos en él. Hay una capa espiritual debajo de toda la chapa y pintura que nos venden los medios; una membrana de ritos, mitos y creencias, más antigua que los shows de los predicadores de Jesús, que son muchísimos. Están allí, en la memoria colectiva de los descendientes de aquellos inmigrantes que lo poblaron. Neil Gaiman fue capaz de verlo, fue capaz de mirar el mundo de posibilidades creativas que tenía delante. El resultado de esta obra fue, no solo que logró escribir sobre Norteamérica como un lugar mítico —algo que el autor se propuso desde el principio—; el resultado fue que logró convertir a Norteamérica en un lugar mítico.
Pocos aspectos flojos puedo resaltar de American Gods, eso sí, creo que le sobran palabras,—supongo que algunas de esas doce mil que los editores decidieron eliminar en ediciones anteriores—. Algunos pasajes se hacen eternos, pero luego se ven compensados con otros más intensos, que sirven para equilibrar la falta de ritmo de los primeros.
Te invito a descubrir una historia que parece una versión moderna de los mitos antiguos. Oráculos, adivinos, deidades… todo, todo ello en un contexto de carreteras, bares, atracciones de pueblo y pocilgas. Un verdadero viaje en el que parece que todos vamos tan a la deriva como Sombra.
Los dioses están tan locos como siempre; te lo juro.
Fotografías del libro: Iván Jerez.
Fotografías del libro: Iván Jerez.
Pues la verdad es que no me sonaba pero efectivamente tras contar sus obras, si que me suena un poquito más. Una historia interesante de una vida por lo que veo nada sencilla del protagonista. No se si quizás un tanto enrevesada para mi que me gusta la lectura fácil.
ResponderEliminarUn abrazo
Carmen
Madre mia!! No sabia que ya llevase tantas ediciones. Desde luego que el escritor ha tenido un exito enorme.
ResponderEliminarActualmente es raro que este tipo de novela me atraiga pero en la sinopsis ya me he quedado alucinando y cuando nos has desvelado lo que puedes del libro sin romper la magia para que lo leyamos, me ha gustado todavia mas.
Es un libro hecho para mi aunque si no me lo enseñas ni lo hubiese mirado. Gracias y feliz 2018. BSS
¡Gracias x recomendar este libro! Con esta reseña super completa quedo con muchas ganas de comenzar a leerlo. El autor del libro me encanta, su imaginación y cada universo que crea es alucinante... como dices siempre quedas con ganas de leer mas de sus libros. Saludos
ResponderEliminarHola guapa 😘 muchas gracias por compartir este libro, y principalmente por tu reseña, me ha gustado mucho, nos muestras lo suficiente para enganchar pero sin spoiler 🙏🏼 se agradece. Te debo confesar que creo que veo ese libro en una librería y no lo cojo, los libros así de grandes los suelo leer porque verdaderamente me fascinen. Desde luego, este no es él tipo de libro que me fascine, pero si que está muy bien, me ha gustado su sinopsis. Aun así. Con tantos que tengo en lista de espera, creo que pasaré de este. Un besito guapa
ResponderEliminarHola hermosa, la verdad es que quedo alucinada de que este libro sea tan famoso y sobre todo tan premiado y yo sea la primera vez que leo acerca de él. Tiene muy buena pinta y he de reconocer que tu reseña ha sido soberbia así que desde luego ya va directo a mi lista de libros pendientes porque creo que me puede llegar a enganchar. Un besazo
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